Tuve una visión... !Era mi madre!
una niña huerfana, desvalida e implorante,
a la virgen como madre ella aclamaba,
fuese su guía en este mundo delirante.

Sus recuerdos son trabajo rudo,
la imagen de su madre a cada instante,
abrazos y besos ¡cariño tan ansiado!
por la muerte vilmente arrebatado.


Tuve una visión... ¡Era mi madre!
Una joven valiente y soñadora,
religiosa, prudente, sutil, trabajadora,
tan fuerte, tan capaz como es ahora.

Mi padre descubrió en sus ojos claros
su alma limpia y corazón sincero,
al momento sus destinos se cruzaron
y ella una oración elevó al cielo.

Tuve una visión... ¡Era mi madre!
De nuevo doliente e inquebrantable,
su esposo e hijo ya no estaban,
resignado está su corazón sangrante.

Y después de recorrer largo camino,
¡Cuántas luchas y afanes ha vivido!
Por los hijos y nietos que le ha dado,
¡Bendice y agracece al Ser Divino!

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Acerca del autor.

Josefina Velarde es licenciada en Educación por la UPN, egresada de la escuela Normal del Estado de Sonora, ex-Alumna de la escuela de Bellas Artes de la Universidad de Sonora en el área de Artes Plástica (Dibujo y Pintura). Integrante del grupo de Danza Mazochoquim (1980-81) con estudios en CIVEA (Curso Intensivo de Veranos de Educación Artística) (1981-82), ha realizado trabajos de Literatura con niños y Jóvenes a su vez se desempeañado como maestra de Danza en grupos especiales. Apasionada de la poesía, maestra de vocación, artísta por amor.



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