Vi a una madre llorar,

sus hijos son la razón,
 a ellos los ha de amar
 aún roto el corazón.

Para ella no hay distición,
los quiere tal como son,
es su amor sin condición,
cada uno una bendición.
Herida su alma va,
trastornada su ilusión,
como ausente vagará,
ha perdido la razón.
Sueña que despertará,
de esa pesadilla infernal,
y para todos brillará,
un nuevo sol al final.
Y esta madre abnegada,
de tristes ojos en duelo,
me da la fuerza y el coraje,
para emprender nuevo vuelo.
el poeta pronto calló,
su lápiz se estremeció,
ni una emoción presentó,
ni una lágrima derramó.
y el lápiz que antes fluyera,
como arroyo cantarino,
hoy se traba y se niega,
a recorrer su destino.



Josefina Velarde Trujillo

1 comentarios:

  1. Amo profundamente a mi madre, doy gracias a Dios que aún la tengo, relativamente sana, en ella veo la fortaleza para resistir las tempestades de la vida y siendo tantos hijos,para todos tiene la palabra justa y la sabiduría necesaria para llevar la paz a nuestros corazones mediante la misaricordia de Dios y así disminuir nuestos pesares. Admiro la labor que mis hermanas y amigas han realizado como madres Felicidades!

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Acerca del autor.

Josefina Velarde es licenciada en Educación por la UPN, egresada de la escuela Normal del Estado de Sonora, ex-Alumna de la escuela de Bellas Artes de la Universidad de Sonora en el área de Artes Plástica (Dibujo y Pintura). Integrante del grupo de Danza Mazochoquim (1980-81) con estudios en CIVEA (Curso Intensivo de Veranos de Educación Artística) (1981-82), ha realizado trabajos de Literatura con niños y Jóvenes a su vez se desempeañado como maestra de Danza en grupos especiales. Apasionada de la poesía, maestra de vocación, artísta por amor.



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